sábado, 31 de diciembre de 2011

2012...YA LLEGA!!





La misión de la espiga no es ser el lugar definitivo para la semilla.
 Cada semilla debe asumir la vida 
de una manera tan suya y personal, que pueda vivirla independientemente de la espiga en la que maduró. 
Toda semilla que quiera cumplir con su vocación de vida, y con su misión por los demás, debe aceptar la 
deschalada y el desgrane. Sólo si ha asumido su vida en plenitud y de una manera personal, será capaz de
seguir viviendo luego de la desgranada. Y así podrá incorporarse al gran ciclo de la siembra nueva.
Si su vida es auténtica y acepta hundirse en el surco de la tierra fértil, su lento germinar en el silencio
aportará al sembrado nuevo una planta absolutamente única, pero que unida a las demás, formará el maizal
nuevo.
No es el maizal el que valoriza la identidad de las plantas. Es el valor irremplazable de cada planta en
su riqueza y fecundidad lo que valoriza al maizal.
No es la sociedad nueva la que creará los hombres nuevos. Son los hombres nuevos quienes formarán
la nueva sociedad.





               Paz y Amor para todos!!!!

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